viernes, 6 de mayo de 2011

HONG KONG...el mejor pan del mundo.


Llegamos a Hong Kong medio de rebote, ya que mi grupo no iba a hacer Hong Kong, pero debido a que cancelamos Japón por los acontecimientos ya conocidos, Rumbos nos cambió la escala a ese destino.
Me tocó de Singapur a Hong Kong un asiento sobre la ventana derecha del avión y el viaje fue normal (ahora me pillo porque debemos tener un promedio de avión cada 3 días), lo que no fue normal fue el aterrizaje ya que viví una linda adrenalina. Como todos los aviones, nuestro vehículo abrió las alas para descender, y nos fuimos pa abajo, ya cuando estábamos a unos metros del agua miro para adelante y no había señal alguna de un pedacito de tierra firme para aterrizar ese avión, miro y miro y nada, como las azafatas estaban tranquis me imaginé que estaba todo liso, pero 10 segundos antes de aterrizar miré bien abajo y estábamos arriba de la pista pero la tierra estaba del otro lado, estábamos aterrizando en la parte derecha de una isla…un momento bastante interesante de vivir.
Realmente Hong Kong es un país de mil sabores y un olor (mezcla de puchero con mondongo), desde el punto gastronómico no me dieron los minutos para probar todo, comiendo desde unas bolas de camarones hasta panchos gigantes (más ricos que los shnek), pasando por tallarines de ajo, unas especies de albóndigas de carne muy pero muy picantes, hasta pan…si pan. Acá me detengo porque ya me habían dicho que en Asia no iba a encontrar pan, pero que me dijeron?? Es el mejor pan del mundo!! Hay unas especies de panaderías que venden diferentes tipos de panes rellenos, dulces y salados y la verdad que son muuuuy ricos y la masa es increíblemente esponjosa…muuuuy bueno, para cerrar el bloque del pan en el aeropuerto con los pesos que me sobraban me compré algo que pensé que era pan tipo marsellés gigante, y efectivamente era pan, o mejor dicho aceite con un poco de masa adentro…exquisito.
No tuvimos mucho tiempo para hacer compras pero como siempre el regateo está presente y nos deja con las balls por el piso, pero la verdad algunas cosas se podían comprar baratas, y más las cosas de marca, en el camino nos cruzamos con una pareja de vetes uruguayos (cuando no) y nos comentaban eso que Hong Kong es bueno para comprar cosas de marca, y China para cosas más truchas que además tienen diferentes calidades: trucho 1, trucho 2, trucho 3. Yo me dediqué a comprar comida, porque además tengo un bichito que me hace dar hambre todo el día, pero otra cosa no compré.
Uno de los días fuimos a ver un espectáculo tradicional chino por la calle, festejando el cumpleaños del dios del océano…muy tradicional pero para notros una cosa sin mucho chiste, estaba bueno porque veíamos los dragones típicos, pero nada del otro mundo y peor todavía cuando venían los chinos con los tambores improvisando un ritmo que no era ritmo sino golpeteo nomás (mi sobrino el Fede con menos de un año tiene más ritmo cuando golpea la mesa). Después de ese espectáculo nos fuimos a ver un buda gigante, supuestamente es el más grande del mundo (a puertas abiertas y de bronce creo que esto lo aclaran porque debe haber algún otro más grande). Para llegar se armo la discusión si ir por ómnibus o cable car, una especie de teleférico, yo estaba seguro que iba a tomar la segunda opción por más que vaya sólo, pero al final me acompañó alguno, la cola que hicimos para subir al aparatejo tardó como hora y media, y la de la vuelta tal vez un poco más, lo bueno que a la vuelta habían algunos puestos de comida y pude ir picoteando y probando nuevas cosas.
El buda la verdad que un gigante, muy bueno y más buena está que esté casi que en la cima de una montaña, cerca de ahí hay un monasterio budista dónde tienen unas esculturas bastantes lindas, y para saber un poco más de esa filosofía o región tomé prestado un librito con CD…bueno los regalaban no pienses que me lo afané…je, en esa zona estaba todo bastante nuevo y se notaba que seguían construyendo un templo más grande, otra cosa linda que para entrar no te cobran entrada, sino donaciones, eso me gusta, no por mi bolsillo sino porque me gusta ese gesto “no material”.
Ya el segundo día nos dedicamos a recorrer algún punto turístico y ya fue donde me puse nervioso porque evidentemente tenemos perfiles diferentes de viaje, a mi me gusta “perderme” y caminar por la ciudad descubriendo cosas nuevas y probando comidas locales, y casi que todo el resto que es más “estándar” y prefiere seguir un mapa al punto turístico y comer cosas más tradicionales. Bueno siguiendo un poco el mapa nos fuimos en taxi a un punto que ni sabíamos bien que era, lo lindo es que el taxi ni tenía idea a donde iba, se metió por cualquier calle, se en las bifurcaciones hasta el último momento no sabía para donde doblar, y preguntaba a un lote de personas dónde era ese destino, ta el tema que nos dejó en un lugar y le pagamos unos pesos menos evidentemente (encima que conocimos todo Hong Kong lo garcamos con la paga…je). El tema es que éramos 8 y fuimos 4 en cada taxi, cuando llegamos nos dimos cuenta que no era el punto exacto y los otros no estaban ahí. Lo anecdótico es que nos llevaron a un lugar dónde hay unas lanchas que te pasean por esa bahía y un chino nos ofreció el paseo (empezó en 120 y terminó en 60 por persona y estoy seguro que lo sacábamos más barato), le dijimos que esperábamos a los otros 4 y hasta no encontrarlos no hacíamos el paseo. El tema gracioso es que decidimos ir al punto correcto y tras preguntar a una familia nos dijeron que iban para ahí, nos subimos a un bote gratis, que al final nos llevó a un restaurant muy lindo pero horriblemente caro, y quién nos seguía?? El amigo del bote, nos siguió por un trecho de 15 min. Más o menos, y cuando nos bajamos del bote, el chino nos dice que el otro grupo venía en otro bote gratis de otro lado… ósea nos siguió por 15 min. Para decirnos que venían los otros en el barco, al final tomamos el paseo y estuvo muuuuy interesante.
A la noche fuimos a tomar un crucero por una bahía linda de Hong Kong pero para variar llegamos tarde y ya había zarpado el último crucero, pero la vista que teníamos de la bahía era suficiente, y mirando el paseo del otro río la verdad creo que no nos perdimos mucho.
Ya en el subte de la vuelta era muy gracioso ver como 6 de los 8 que volvíamos estaban dormidos, la verdad que un cansancio muy pero muy grande, al llegar al hostel, derecho para el sobre todos, torque el cansancio realmente era grande. Punto aparte de que ya somos expertos en subte, es increíblemente simple de usar y tremendo medio de transporte (igual cómo el de Singapur creo que no vamos a encontrar).
Si bien seguramente no recorrimos Hong Kong a pleno, pero creemos que entre 2 y 3 días nos dio para dar un buen pantallazo de esta ciudad. Fue fue muy lindo conocerla por lo diferente que es y las cosas nuevas por descubrir pero sin dudas que no está en la mejor posición de la tabla de lugares favoritos a visitar nuevamente.

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